Los dos síntomas que pasamos por alto
En retrospectiva, hubo dos señales de advertencia claras que deberíamos haber tomado más en serio.
1. Dolor abdominal o de espalda persistente
Al principio, mi padre se quejaba de problemas de espalda, que atribuía a su postura y a su edad. Pero el dolor persistía, se extendía a la parte superior del abdomen y empeoraba por la noche o después de comer.
Este tipo de dolor sordo e irradiado, especialmente cuando persiste o empeora, es un signo temprano común de cáncer de páncreas. Desafortunadamente, a menudo se confunde con problemas digestivos o musculares leves.
2. Pérdida de peso rápida e inexplicable.
En tres semanas, mi padre perdió más de cuatro kilos y medio sin esfuerzo. Perdió el apetito y se sentía fatigado. Lo atribuimos al estrés, pero era el cáncer el que interfería con la función digestiva de su páncreas.
La pérdida de peso repentina sin una causa clara es una señal de advertencia y siempre debe ser motivo de evaluación médica.
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