Algunos la vieron como un mensaje divino, una manifestación de trascendencia que alcanzaba a la humanidad. Otros la atribuyeron a los caprichos de la naturaleza, a un juego aleatorio de nubes y luz. Así es la naturaleza de los fenómenos que desafían cualquier clasificación sencilla, invitando a la especulación, el debate y la contemplación.
¡Mi hermano tomó esta foto a 21 km de mí! La compartió en su página, ¡pero nadie se dio cuenta!